lunes, 9 de noviembre de 2009

CURIOSIDADES

Los cráneos de cristal


Los cráneos cristalinos de rara perfección, tallados en cuarzo u otros minerales, son quizá uno de los objetos más enigmáticos hallados. Estos se han encontrado en lugares tales como entre las ruinas de asentamientos mayas, aztecas y de otras culturas de la antigüedad.
El británico Frederick Albert Mitchell-Hedges, en el 1919 cuando estaba en busca de evidencia de lo que fue la Atlántida, descubrió unas ruinas mayas a la que llamaron Lubaantun (Ciudad de los Pilares Caídos), en lo que es hoy Belize.
Trabajaron y trabajaron, y en el 1923, a la hija de Frederick Albert Mitchell-Hedges llamó la atención un misterioso destello. Comenzaron a cavar en esa área en busca de que daba el curioso resplandor. No fue hasta el 1 de enero de 1924, el día que Anna, la hija de Frederick Albert Mitchell-Hedges, cumplía 17 años, el misterio salió a la luz. Se trataba de una calavera de cristal tallada con una perfección insólita.
La comunidad indígena maya de los Kekchi, al ver la calavera celebró con gran alegría la “el regreso de un dios” que le habían arrebatado.
Frederick Albert Mitchell-Hedges, le dejó la calavera a los Kekchi y regresó a Gran Bretaña.
Pasado 3 años, Frederick Albert Mitchell-Hedges regresó a Lubaantun y para su sorpresa, ésta vez fueron los Kakchi los que le obsequiaron a él la calavera como agradecimiento a la ayuda en medicinas y alimentos.
Fue entonces a pasar a ser material de estudio de los científicos.
La calavera es una copia casi exacta de una calavera humana. Está tallada sobre cristal de cuarzo en dos piezas, el cráneo y una mandíbula articulada.
La perfección en el tallado denota que los artesanos que la tallaron poseían una avanzadísima tecnología ya que el cuarzo es un material muy difícil de manipular.
Los investigadores aseguran que la calavera tiene miles de años de antigüedad.
Frederick Albert Mitchell-Hedges dice en su libro “Mi aliado el peligro” que la calavera debe de tener al menos unos 3,600 años de antigüedad. Y que según la leyenda, era utilizada por un sacerdote maya para escenificar rituales esotéricos.
Pero.. eso es cuestionable ya que las técnicas de datación de carbón 14 son ineficaces cuando se trata de materiales inorgánicos. Sin embargo muchos expertos sugieren que quizá hasta pueda tener muchos más años.
A la controversia de su origen, edad y fabricación se les suman los extraños fenómenos asociados a ella.
1. El restaurador Frank Dorland, el cual tuvo la calavera por varios años, asegura que ésta “ destilaba un perfume sutil y emitía misteriosos sonidos”.
2. Morril, investigador de la cultura maya, descubrió en la calavera varios puntos de enganche que quizá era utilizado para manipularlo y producir ilusión de que se movía o hablaba.
Entre las leyendas que los Kekchi le contaron a Frederick Albert Mitchell-Hedges, relacionadas a la calavera, le dijeron que:
1. Esta había pertenecido a un alto sacerdote y que habían 13 más.
Para los mayas, las calaveras de cristal eran divinidades materializadas. Pensaban que provenían de una antiquísima civilización que poseían unos extraordinarios conocimientos tecnológico y espiritual.
Muchos piensan que pudieran ser los habitantes de la Atlántida como también ser civilizaciones ajenas a nuestro planeta.
La teoría de Frank Dorland con respecto al origen de la calavera fue que estaba inspirada en una mujer.
En 1986, el escritor norteamericano Frank Joseph, se puso en contacto con Dorland para reconstruir el rostro de la calavera. Dorland le dio uno de los moldes que había hecho y Joseph se lo llevó al Dr. Clyde Snow de Oklahoma, y entre el equipo de forense y Frank Domingo, un dibujante, elaboraron el boceto del rostro. El retrato se parecía al dibujo que Donald ya había hecho basándose a sus intuiciones y conocimientos artísticos: “una mujer joven de razgos amerindios”.
Pese a que se han descubierto otras calaveras, las dos más célebres están:
1. Una en el Museo de la Humanidad de Londres, Gran Bretaña. El museo la adquirió en el 1898, en una subasta de la galería Tiffani en N.Y. Pagaron por ella 120 libras. No se sabe su procedencia real, los rumores indican que un misterioso mercader se la vendió a los joyeros. En el museo no dan mucha información, solo dicen que se trata de “ una pieza probablemente azteca”.
Se dice de esta pieza que ha acarreado muchos problemas a los gerentes del museo. Los vigilantes solicitaron que en las noches la cubrieran para evitar los extraños destellos que ella producía cuando las luces le daban.
2. La otra en el Museo del Hombre de París, Francia. De ésta también existen dudas
de su origen. Dicen que fue descubierta en Mexico a finales de 1890 y que lo descubrió un mercader. Lo más característico de ésta pieza es una pequeña incisión en la parte superior del cráneo que aparentemente era para asirla a algún tipo de estructura. Sobre su antigüedad no hay certeza, sin embargo, el antropólogo G.H. Morant sostiene que es obra de un artesano italiano del siglo XVII.
El origen de éstas dos parece ser el mismo:
1. Ambas fueron descubiertas en México a finales del siglo XIX.
2. Ambas están talladas en cuarzo citrino (tipo de cristal de apariencia ahumada)
Pero no poseen el moldeado tan preciso e intrincado de la de Frederick Albert Mitchell-Hedges.
Lo más enigmático de todo esto son los hologramas que aparecen en el interior de ellas al activarlas con combinaciones de luces, sonidos, y hasta el poder de la mente. Bosques, delfines, montañas, seres misteriosos u ovnis, son algunas.
La calavera de Frederick Albert Mitchell-Hedges, la tiene su hija Anne (la descubridora)
Jon Klimo, que ha investigado a fondo los procesos de canalización y es autor del libro “ Mensajes del Más Allá” ha llegado a la conclusión de que “éstos objetos, especialmente los fabricados en cuarzo son catalizadores muy sensibles a la hora de recibir información a través de fuentes paranormales”. A través de la calavera de Frederick Albert Mitchell-Hedges han podido obtener resultados sorprendentes. Han podido canalizar mensajes de seres multidimencionales, entidades procedentes de la Atlántida, Lemurias, ángeles, extraterrestres, delfines, etc.
Uno de los aspectos más significativos es su conexión con el fenómeno ovni ya que tanto en las visiones holográficas como en las percepciones de los médium aparecen naves y seres extraterrestres. Y hasta big-foot.
Algunos investigadores sugieren que las calaveras son una especie de ordenadores conectados entre sí, con una “memoria” que puede ser activada psíquicamente.
Otros argumentan que se trata de una “ventana” a dimensiones desconocidas.
Además de éstas que les he hablado hay otras diseminadas por el mundo, entre las más célebres están:


Maya: Descubierta en Guatemala en 1912. Le llaman así porque las imágenes holográficas describen escenas mayas.
 
Lázuli: Tallada en lapislázuli. Descubierta en 1995 al norte de Perú por indígenas incas.. Una tribu cercana aseguraban que era obra de “ espíritus malignos.”
 
 
Jesuita: Se tiene noticias de ella desde 1534. San Ignacio de Loyola, fundador de los Jesuitas, la tuvo en su poder durante varios años. Dicen que atrae toda clase de pájaros.
 
“Shui Ting Er”: Tallada en amazonita. Descubierta hace 130 años por un arqueólogo chino llamado Yen Fo Huu en el suroeste de Mongolia, cerca de la frontera china.
 
Oceana: Esculpida en cuarzo de tono azul-verdoso. Pertenecía a un campesino brasilero que vive en una región remota de la Amazonía. Se cree que fue descubierta por indígenas nómadas que vivían entre Ecuador, Brasil y Colombia.
 


E.T.: Descubierta en 1906 en Guatemala. Es de cuarzo ahumado. Se caracteriza por la forma puntiaguda del cráneo y la mandíbula especialmente pronunciada. Su propietario la bautizó así porque tenía “cierto aire extraterrestre”.
Max: Se trata de la mayor calavera de cristal cónica. Un norteamericano que había recibido las enseñanzas de un monje tibetano que la utilizaba para curar, la regaló al actual propietario, la tejana, Jo Ann Parks.
 
“Baby Luv”: De cuarzo rosa descubierta a principios de 1700 por un monje del monasterio de Luov (Ucranea) Los monjes conservaban la calavera desde hacía cientos de años. Su actual propietario es de origen ruso.
Pero, ¿cuál es el significado de estas insólitas calaveras? Sobre este punto, las especulaciones se disparan. Desde un punto de vista pragmático, podrían ser meros objetos de culto, utilizados por sacerdotes mayas o de otras culturas antiguas para escenificar rituales sagrados o mágicos.



Podemos imaginarlas colocadas sobre un altar, dispuestas de manera estratégica para que los haces de luz, al incidir sobre ellas, les confiriesen cierta apariencia sobrenatural. Otras hipótesis sugieren que se trata de fuentes de poder capaces de curar o de matar, tal y como mantenía el propio Mitchell-Hedges. En su libro Los misterios de las calaveras de cristal revelados, los investigadores Sandra Bowen, Nick Nocerino y Joshua Shapiro sugieren otra clase de significados más arriesgados pero, sin duda, más sugerentes.


Los autores distinguen dos clases de calaveras de cristal, aquellas que han sido talladas por artesanos contemporáneos a través de procesos técnicos conocidos y otras cuya procedencia, cercanías de antiguas ruinas mayas y aztecas, las convierte en objetos inexplicables. Los psíquicos que han trabajado con estas últimas han contemplado extraños fenómenos apreciables a simple vista. El más enigmático de todos ellos es el de las imágenes holográficas que aparecen en el interior de las calaveras al «activarlas» mediante diferentes combinaciones de luces, sonidos o, incluso, el poder de la mente. Bosques, montañas, delfines, seres misteriosos u OVNIS son algunas de esas inquietantes imágenes que han sido observadas por numerosos investigadores y sensitivos en el interior de las calaveras de cristal. ¿De dónde provienen estas escenas? ¿Qué misteriosa fuente las proyecta? Para los mayas, las calaveras de cristal eran divinidades materializadas. Pensaban que provenían de una antiquísima civilización que, a pesar de lo remoto de su procedencia, poseía unos extraordinarios conocimientos tanto a nivel tecnológico como espiritual. Tal vez se tratase de la Atlántida, como sugieren algunos, o quizá fuera una civilización ajena a nuestro planeta.


Una leyenda Maya se refiere a esas calaveras de cristal : cuando las trece calaveras estén reunidas, revelarán el secreto de la vida.




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