lunes, 9 de noviembre de 2009

El Destino

Érase una vez en la cumbre de una montaña, tres árboles juntos que soñaban sobre lo que querían llegar a ser cuando fueran grandes.

El primer arbolito miró hacia las estrellas y dijo: "yo quiero guardar tesoros. Quiero estar repleto de oro y ser llenado de piedras preciosas. Yo sería el baúl de tesoros más hermoso del mundo".








El segundo arbolito miró un pequeño arroyo realizando su camino al océano y dijo: "yo quiero viajar a través de aguas temibles y llevar a reyes poderosos sobre mí. Yo sería el barco más importante del mundo".


El tercer arbolito miró hacia el valle que estaba debajo de la montaña y vió a hombres y mujeres trabajando, y dijo: "yo no quiero irme de la cima de la montaña nunca. Yo quiero crecer tan alto que la gente del pueblo se pare a mirarme. Ellos levantarán su mirada al cielo y pensarán en Dios. Yo sería el árbol más alto del mundo".


Los años pasaron. Llovió, brilló el sol y los pequeños árboles crecieron alto. Un día, tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña. El primer leñador miró al primer árbol y dijo: _qué árbol tan hermoso que es este, y con la arremetida de su hacha brillante, el primer árbol cayó. "Ahora me deberán convertir en un baúl hermoso, debería contener tesoros maravillosos", dijo el primer árbol.

El segundo leñador miró al segundo árbol y dijo: "este es muy fuerte, es perfecto para mí". Y con la arremetida de su hacha brillante, el segundo árbol cayó. "Ahora debería navegar en aguas temibles, pensó el segundo árbol. Debería ser un barco importante para reyes temidos y poderosos".
El tercer árbol sintió su corazón sufrir cuando el último leñador se acercó. El árbol se paró derecho y alto apuntando ferozmente al cielo. Pero el leñador ni siquiera miró hacia arriba y dijo:_ "Cualquier árbol es bueno para mí". Y con la arremetida de su hacha brillante el tercer árbol cayó.


El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó a una carpintería, pero el carpintero lo convirtió en una caja para animales de granja.


Aquel árbol hermoso no fue cubierto con oro, ni llenado de tesoros, sino que fue cubierto con polvo de la sierra y llenado de alimentos para animales de granja hambrientos.
El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevó cerca de un embarcadero, pero ningún barco imponente fue contruído ese día. En lugar de eso, aquel árbol fuerte cortado y convertido en un simple bote de pesca, era demasiado chico y débil para navegar en el océano, ni siquiera en un río, y fue llevado a un pequeño lago.
Pero una noche, una luz de estrella dorada alumbró al primer árbol cuando una mujer joven puso a su hijo recién nacido en la caja de alimento. "Yo quisiera haberle podido hacer una cuna al bebé", le dijo a su esposo. La madre le apretó la mano a su esposo y sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba la madera suave y fuerte de cuna, y la mujer dijo "el pesebre es hermoso". Y de repente el primer árbol supo que contenía el tesoro más grande del mundo.
Una tarde, un viajero cansado y sus amigos se subieron al bote de pesca. El viajero se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente hacia adentro del lago. De repente una impresionante y aterradora tormenta llegó al lago. El pequeño árbol se llenó de temor, el sabía que no tenía la fuerza para llevar a todos esos pasajeros a la orilla a salvo con ese viento y lluvia. El hombre cansado se levantó, El se paró, alzó su mano y dijo: "Calma". La tormenta se detuvo tan rápido como empezó, y de repente el segundo árbol se dió cuenta que llevaba navegando al Rey del cielo y de la tierra.
Un viernes en la mañana, el tercer árbol se extrañó cuando sus tablas fueron tomadas de aquel almacén de madera olvidado. Se asustó al ser llevado a través de una impresionante multitud de personas enojadas. Se llenó de temor cuando unos soldados clavaron las manos de un hombre en su madera. Se sintió áspero, feo y cruel. Pero un domingo en la mañana, cuando el sol brilló y el cielo tembló con júbilo debajo de su madera, el tercer árbol supo que el amor de Dios había cambiado todo. Esto hizo que el árbol se sintiera fuerte, y cada vez que la gente pensara en el tercer árbol, ellos pensarían en ´Dios. Eso era mucho mejor que ser el árbol más alto del mundo.


LA PRÓXIMA VEZ QUE TE SIENTAS DEPRIMIDO PORQUE NO SUCEDIÓ LO QUE TÚ QUERÍAS. SÓLO SIENTETE FIRME. Y SÉ FELÍZ, PORQUE DIOS ESTÁ PENSANDO EN ALGO MEJOR PARA DARTE.

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